El Palacio Bensouda (hoy en día Palacio Faraj / Palais Faraj) fue construido por Si Mohamed Bensouda, líder de una gran familia de la burguesía Fassi.

Fez era entonces la capital del Reino de Marruecos pero también – y sigue siendo hoy en día – la cuna espiritual del país, además de ser una ciudad santa, y el corazón de la tradición de la artesanía marroquí.

Fez era la ciudad central de Marruecos, con una próspera economía. En 1916, el General Residente Hubert Lyautey estableció una política urbanistica hacía la conservación de la Medina (la ciudad vieja) y creó la nueva ciudad de Fez – al sur, fuera de la Medina – que a día de hoy se ha convertido, por su tamaño y su población, en la segunda ciudad más grande de Marruecos.

Las familias Fassi ocuparon cargos sociales. Mohamed Bensouda era al mismo tiempo un gran cadi (juez), poseía una cátedra en la Mezquita Universitaria Al-Quaraouiyîne (la primera y más antigua universidad del antiguo mundo árabe fundada hace 12 siglos) en el corazón de la Medina … y fue consejero de su Majestad el Rey.

Además de sus enormes fincas, las familias poseían en la Medina, y especialmente en este distrito, lujosas y grandes residencias comúnmente llamadas, según su dimensiones, palacios o riads.

La familia Bensouda vivía en una de estas calles que aún lleva su nombre: Derb Bensouda, rue Bensouda. Su mansión era un Palacio compuesto por establos (el caballo era el medio de transporte esencial en ese momento) y 7 riads y dars (casitas). Gracias a eso todos los miembros de una misma familia y los vecinos pudieron reunirse.

Nacimiento del Palacio Faraj

En 1912, Fez perdió su prestigioso estatus de capital en favor de Casablanca. Casablanca, por sus grandes aportes mercantiles , se convirtió en el centro económico e internacional del país en lo que es la costa Atlántica. Esto provocó la huida de muchas familias antiguas y de una parte importante de la población de origen fassi.

Algunos abandonaron sus grandes casas debido a la imposibilidad económica para mantenerlas. Este fue también el caso del Palacio Bensouda, que fue abandonado gradualmente a lo largo del siglo XX hasta el año 2000, cuando quedó completamente en ruinas.

Su actual propietario, Driss Faceh, nos cuenta : «Este palacio que conocí de niño, lo adquirimos mi esposa Evelyne y yo (1944/2013) ese año. Era la única forma de salvarlo, restaurándolo para así devolverle su antigua gloria, pero sin olvidar lo que fué».

«Más tarde lo reconvertimos en un prestigioso hotel boutique de alto standing compuesto por 30 suites, un hammam, spa oriental, piscina exterior, dos restaurantes y un bar con una vista inolvidable sobre toda la Medina que asombra con su belleza a los viajeros y personalidades de todo el mundo«, completa Driss Faceh

A día de hoy, el Palacio Faraj incluye el Palacio Bensouda, los establos convertidos en suites o áreas comunes, así como 3 de los 7 riads originales.

Hoy en día, faltan 4 riads para reconstituir todo el conjunto … «lo que quedará para terminar, …algún día!»» dice Driss Faceh.

La compra de un terreno adicional de 3000 m² fue importante para facilitar el acceso a los vehículos, debido a que el Palacio se encuentra rodeado por 18 km de murallas que rodean la Medina.

El acceso es así sumamente fácil y seguro, dados los grandes e ilustres de este mundo que son llevados a frecuentar el lugar.

El Palacio tiene, además de su imponente patio cubierto con suelos de mármol y zelliges de geometría sagrada, una piscina, también en zellige azul; el famoso azul de Fez. Un jardín, balcones ajardinados con parterres, plantas exóticas y palmeras con una vista excepcional del Borj meridional y de toda la milenaria Medina de Fez.

Una remodelación concorde a la más pura tradición arquitectónica árabe-andaluza

En 1990, Driss Faceh creó una asociación para proteger la Medina de Fez. Nunca abandonó su pasión su Medina, capital de la civilización árabe-musulmana. «La Medina me ha dado mucho. El Palacio de Faraj es para mí la forma de devolverle lo que me dió», dijo, natural de Fez (1947), el más pequeño de una familia de nueve hijos.

«La Medina solo puede ser salvada por los que quieren rehabilitar, creando museos, viviendas turísticas, asociaciones… esta es la única manera de contribuir a su conservación. Recordemos, que es la Medina más antigua del mundo protegida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y que hoy an día sigue siendo la ciudad peatonal más grande del mundo”.

Driss Faceh cree haber contribuido a un gran desafío devolviendo a la vida el palacio. Driss Faceh es fundador de la red de agencias de turismo «Objectif Maroc«,a lo largo de muchos años fue presidente del Consejo Regional de Turismo de Fez-Meknes.

«Los huespédes y los invitados podrán disfrutar del Palacio durante generaciones. Lo he creado para regalar la vista de lo supone una restauración permanente y necesaria de la Medina, pero también para elevar el nivel de los riads y de los palacios existentes. Para realizar mi sueño llamé a Jean-Baptiste Barian, arquitecto e interiorista del fallecido su Majestad el Rey Hassan II, especialista en arquitectura árabe-andaluza y gran nombre de la decoración contemporánea. Jean-Baptiste Barian, presumía de una larga experiencia en la realización de hoteles de alto standing en todo Marruecos habiendo también trabajado en proyectos de arquitectura como La Mamounia en Marrakech y Michlifen en Ifrane«.

Jean Baptiste Barian, quiso dejar su firma en Fez, se hizo cargo del desafío, y a partir de la visión de fotografías y elementos arquitectónicos aún existentes, conservó, renovó y embelleció el palacio según las pautas de la más antigua y pura tradición de la artesanía árabe-andaluza, añadiendo, en algún caso nuevas piezas dando así, un toque decorativo muy actual.

Más información sobre Jean-Baptiste Barian

Jean-Baptiste Barian fue uno de los colaboradores más cercanos de André Paccard (1929-1996), luego fue nombrado decorador del difunto Majestad el Rey Hassan II, quien durante 15 años trabajó en la decoración o renovación de muchos Palacios Reales en todo Marruecos.

André Paccard ha publicado, además, la que sigue siendo hoy la obra fundamental que ofrece la documentación más completa jamás reunida sobre el arte decorativo marroquí, comúnmente llamada «Le Paccard» y cuyo título es «Marruecos y la artesanía islámica tradicional en la arquitectura» (Editions Atelier 74) .

Una Biblia en 2 tomos, 6,8 kg, 1100 páginas, 1200 ilustraciones y fotografías… que sirvió de referencia para la renovación del Palacio Faraj.

Ejemplos admirables de la rehabilitación

Los zouaks (pinturas sobre madera) de las puertas y techos fueron borrados en parte. Así que solo quedaron algunos restos de color en algunos de ellos. Se han restaurado para devolverles su aspecto original y magnífico, como tradicionalmente se ha trabajado con materiales antiguos hechos con la clara de huevo.

Los zelliges en paredes y suelos (mosaicos) han sido mimados y cuidados para ser restaurados tal como decían los sabío antiguos.

Los encajes de gebs blancos (estucos) dañificados por el tiempo han sido totalmente rehabilitados y tallados en las paredes y techos.

Toda la restauración se hizo gracias al trabajo incondicional y al apoyo de los mejores maâllims (Maestros artesanos) de Marruecos, que desde siempre trabajaron en los Palacios de su Majestad el Rey de Marruecos que conocen las técnicas ancestrales, de la tradición artesanal marroquí.

Sin olvidar el toque contemporáneo. Su trabajo se fondamenta en el respeto del lugar, inclusive en los espacios recién creados para las necesidades de un hotel de lujo.

La perfecta unión entre la decoración tradicional y la decoración actual crean un ambiente único y un lujoso servicio, privilegio de todos los lugares únicos.

Un auténtico museo de arte y antigüedades

Todos los pasillos fueron decorados por la difunta Evelyne Faceh.

«Con la nuestra colección privada, compuesta por las pinturas de los maestros contemporáneos y morisco, nustras colecciones de fotografías antiguas de la medina de Fez del siglo XX, la cerámica centenaria de Fassie, bronces y latón tallados, joyería étnica, de los antiguos bereberes, Kabyle y alfombras tuareg, esculturas africanas, puertas Dogon; antigüedades y consolas modernas de diseñadores contemporáneos… A parte del encanto del Palacio pasillos y diversos espacios del Palacio regalan a los ojos y al corazón un vertadero abanico de arte y cultura antigua«.

El Palais Faraj: una joya en la Médina de Fez

«El Palacio Faraj toma su nombre del apodo de mi padre Si Faraji«, añade Driss Faceh. «Me llena de orgullo que mi logro lleve su nombre y sobre todo que se acerque tanto a lo yo tenía en mi mente«.

Y para concluir : «La consagración llegó el día en que su Majestad el Rey Mohamed VI nos honró visitando el Palais Faraj«.

Cuidar y respetar la tradición y ir camino a la modernidad es lo que representa a día de hoy el Palais Faraj. Gracias a sus propietarios, que lo han resucitado del olvido, simplemente aceptando y siguiendo el cambio que llevan los años, aprendiendo de ellos para adaptarse, conservando las tradiciones a las que inevitablemente está arriegado.


© 2013 – Texto reproducido con la amable autorización de su autor Jean-Claude Cintas

También te invitamos a ver la poética película escrita y dirigida por el mismo autor dedicada al Palacio Faraj, en el siguiente enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=Kwo5vWpoKk8</a >

admin_palaisfarajLa Historia del palacio Faraj